MÁSCARA BLANCA

Érase una vez... Un Joven Poeta, que le gustaba ser admirado por todas las damas hermosas y bellas. El las conquistaba con sus palabras, endulzaba sus oídos con las frases más hermosas... y así poco a poco se introducía, hasta llegar en lo profundo de sus corazones. Le gustaba convertirse en el refugio de sus tristezas, hasta llegar el instante que no podían estar sin Él, ya no podían vivir sin Él, sin sus palabras tan dulces, suaves y hermosas... era mucha su admiración hacia él. 

...Sin embargo... El Joven Poeta, cada día, al llegar la noche, se sentaba frente a su espejo y tomaba su máscara blanca... la colocaba sobre su rostro y fijando su mirada en el espejo, con profunda tristeza se preguntaba: ¿HASTA CUANDO?... si... ¿Hasta cuándo llegará mi amada Princesa?... si... mi Amada princesa, quien vea más allá de mis palabras y quiera ver realmente mi corazón y sea ella quien me conquiste con sus palabras y me llene de su amor. Que me brinde con su ternura y dulzura toda la dicha y paz a mi corazón... ¿HASTA CUANDO?... y lentamente quitaba la máscara sobre su rostro, esa mascara sin color y sin brillo, como cual su vida así sentía. 

Y al dia siguiente se dibujaba en su rostro su mejor sonrisa y compartía sus hermosas palabras para aquel grupo de damas ... que tenía encantadas. 

....Pero lo que el Joven Poeta, no sabía.... era que su Amada Princesa, estaba por llegar, SOLO ERA CUESTION DE TIEMPO... y esperar y esa mascara sin color y sin brillo desaparecería para siempre de su vida...